domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Cómo es posible la existencia del mal en el mundo?


Muchos pensadores que aceptan la existencia de Dios se plantean el problema de la teodicea: ¿Cómo puede Dios, siendo infinitamente bueno y todopoderoso, permitir la existencia del mal?.
Así pues, o no es realmente bueno, o bien desearía erradicarlo del mundo pero no puede.
Estos son algunos de los argumentos que se han sostenido acerca de esta cuestión:

-El mal es necesario para obtener un bien superior: Según Leibniz, el mundo en el que vivimos es el mejor de los mundos posibles, pero no se puede conseguir este óptimo si no es a costa de males menores. Por ejemplo, para poder elegir la carrera que te gusta (el bien) debes sacrificarte estudiando (el mal menor).

-El problema del mal es solo aparente, fruto de las limitaciones del entendimiento humano: Para los estoicos, los males son únicamente males para nosotros, porque nuestro entendimiento no llega a comprender que ese mal aparente es, en realidad, un bien para el Todo.

-El mal es un producto de la acción humana: Y con el mal aquí nos referimos al mal moral. Según San Agustín, Dios nos ha dado libre albedrío, es decir, la libertad para escoger y actuar, aunque ello implique la capacidad de ir en contra de Dios mismo y de hacer el mal. Para san Agustín, el mal es un uso indebido de la libertad que Dios nos ha concedido.

-El mal es consecuencia de la imperfección del mundo: Para los neoplatónicos, el mundo es imperfecto porque está construido por materia, que es el tipo de realidad que está más alejado de la divinidad. En la imperfección de la materia radica el origen del mal.

sábado, 26 de noviembre de 2011

La naturaleza del bien y del mal


Como introducción vamos a decir que el bien es el ser y el mal es el no ser. Por tanto el ser, que es el bien sería el amor, la solidaridad, el compañerismo, lo justo,... . Mientras que el no ser, es decir, el mal, sería el hambre, el odio, la traición,... .
Pero necesitamos hacernos una pregunta sobre todo eso, ¿El bien y el mal tienen una realidad positiva, o existen solo como concepto?.
Hay dos posiciones para resolver estas preguntas, que son las siguientes:

-Posición realista: Esta se da en la tradición filosófica occidental. Podemos decir que el bien es una realidad existente, mientras que el mal es la negación del ser, es decir, el no-ser.
Según Platón, algo es bueno porque participa de una realidad eterna e inmutable, la idea del Bien. Esta es la idea suprema del mundo de las Ideas, pues es la fuente del ser y de la cognoscibilidad (comprensión o entendimiento) de todas las demás. Por el contrario, el mal no puede ser una idea, ya que implica ausencia del bien. El mal es algo indeterminado, asociado a la oscuridad y a la confusión.

-Posición nominalista: Viene de los filósofos analíticos del siglo 20.Niegan la existencia del bien y del mal como realidades objetivas independientes. Para los positivistas, los adjetivos bueno y malo no indican una cualidad natural de las cosas. Confunden la esencia de lo bueno con los efectos que producen en nosotros las cosas que consideramos buenas.

Es decir, para ellos decir que algo es bueno, expresan su opinión sobre algo deseable o conveniente.
Por lo tanto podemos decir que, desde la posición realista y según Platón, el bien es la idea principal de todas las idea ya que es la fuente del ser y del entendimiento del resto de ideas. Y el mal es nada, porque el ausencia del ser, el no-ser.
Y por otro lado la posición nominalista, que para ellos el bien y el mal no existen como realidades, solo como conceptos que se utilizan por conveniencia e interés.

viernes, 25 de noviembre de 2011

La experiencia mística


Es la forma más peculiar e inusual de la experiencia religiosa. En esta experiencia los creyentes se sienten en contacto directo con Dios. Para llegar a ese estado de unión los creyentes recurren a una serie de actividades de purificación que le hagan digno de tal encuentro.

-Vida ascética (no hay relaciones sexuales)

-Ayuno

-Meditación

-Contemplación

Estos son unos poco entre los que hay.

Además, es una experiencia difícilmente comunicable. Por esto, cuando se intenta hablar de ella, se la compara con una experiencia amorosa. Con esta comparte la intensidad emocional y espiritual que conlleva.
Dos místicos españoles son Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz (Siglo 16)

El encuentro con Dios


Entre Dios y el ser humano existe una gran distancia, que solo puede ser superada mediante meditaciones.
Meditaciones son, por tanto, todo aquello que reduce en lo posible, la distancia entre Dios y el ser humano y permite su encuentro.
Podemos hablar de dos tipos de meditaciones:

-Meditaciones en las que Dios se presenta: Se puede manifestar de diversas formas, ya sea mediante los sentimientos (amor, dolor, alegría,...), mediante acontecimientos (nacimiento, matrimonio, enfermedad,...), o mediante realidades (montañas, sol, tormentas,...)

-Meditaciones en las que el ser humano se relaciona con Dios: Es decir, se acerca a Dios. Y esto se puede hacer a través de ritos, oraciones, sacrificios, escritos religiosos,...

Experiencia religiosa


La necesidad de un ser superior o divino que dé valor a la existencia humana parece tan arraigada en el ser humano que algunos pensadores han considerado una necesidad natural en él.
Los agnósticos tienen esta creencia infundada, puesto que Dios es un ser trascendente y por tanto no puede ser conocido.
Para los teístas en cambio, esta creencia no está solo justificada racionalmente, sino también por la fe.
La experiencia religiosa es muy dificil de definir, ya que es una experiencia peculiar (no es una experiencia asimilable ni identificable a ninguna otra experiencia cotidiana). También es una experiencia valiosa para el que la tiene y, por último, es una experiencia personal e íntima, ya que quien la experimenta se siente conectado con Dios.

-Vergote: Un cierto contacto con una instancia sobrenatural.
 
En la religión se dan los siguentes elementos, cada uno adaptado a su Dios:
-Mitos (Génesis)

-Dogma (Divinidad de Cristo)

-Ritos (Misa)

Todo esto hace una experiencia religiosa.